El segundo día de clase nos enseñaron un cubo de plástico y una manzana. A continuación, nos dijeron que teníamos que escribir en un cuaderno todo lo que sabíamos de esos dos objetos.
Cada uno escribió lo que sabía, y luego lo expusimos todos en voz alta. Las respuestas de la clase en general trataban sobre el color, la forma, la textura, el sabor… de esos dos objetos. Sin embargo, a medida que ibamos poniendo en común nuestras reflexiones comprobamos que en realidad no sabiamos ciertas cosas. Así, por ejemplo, yo no se que ESA manzana es dulce, osea que no puedo decir qe yo se que la manzana es dulce, porque esa, en concreto, no la he probado.
Pero para poder aclarar qué es lo que verdaderamente sabíamos y qué no necesitabamos clasificar primero qué tipos de “saberes” existen. Decidimos separarlos en saber científico y saber filosófico.
Debatimos para intentar llegar a la conclusión de qué era, de todo lo que sabemos, saber científico y saber filosófico.
Más tarde nos planteamos las siguientes preguntas:
- ¿Es el hecho la demostración?
- Cuando te lo explican, ¿realmente lo sabes?
Yo personalmente, opino qe la mejor demostración es el hecho. Así, si me quieres demostrar que la gravedad es una fuerza qe atrae los objetos hacia el centro de la tierra y por esta fuerza es por la que los objetos se caen, tira un boli al suelo, Si se cae, es verdad qe la gravedad existe.
Sin embargo, respecto a lo de que para que tu puedas saber algo necesitas que te lo expliquen, no estoy completamente de acuerdo. Está claro que para saber matemáticas sí que necesitas que alguien te las explique, por ejemplo, pero tambíén es verdad que hay cosas qe no necesitan una explicación, sino que con la experiencia o, incluso el instinto, es suficiente para qe te las aprendas.
Por ejemplo, a un recién nacido nadie le ha explicado que llorando consigue la atención de su madre, pero, aún así, algo (el instinto) le dice que si lo hace, su madre vendrá corriendo.
Un ejemplo de aprender algo por experiencia y no porque te lo expliquen es que una persona cuando es pequeña se puede dar un golpe en la cabeza y descubrir que eso duele e intentar no volver a hacerlo nunca más porque ya sabe, porque le ha pasado antes que darse un golpe duele y eso no le gusta.